Sin duda, esta semana ha sido trágica para la población mexicana, pues ataques contra la población civil, robos, bloqueos e incendios son algunas de las imágenes que desafortunadamente han dejado los actos de violencia en Chihuahua, Guanajuato y Jalisco, en una semana negativa para la seguridad pública en México, donde hay señalamientos en contra de las autoridades de los tres niveles: municipal, estatal y federal.
Lamentablemente el saldo no ha sido blanco durante esta ola de violencia que inició este matres en Jalisco y Guanajuato, sobre todo en los ocurridos en Chihuahua durante el 11 de agosto, pues dos mujeres y cuatro hombres (estos últimos identificados como empleados de una radiodifusora) fueron asesinados. A esto se le suman, las familias que perdieron sus automóviles, así como las pérdidas millonarias de los negocios que fueron reducidos a escombros y cenizas.
Todo inició a las 13:00 horas en el Centro de Reclusión Social (Cereso) número tres de Ciudad Juárez, donde un motín ocasionó la muerte de tres personas privadas de la libertad; de acuerdo con reportes extraoficiales, serían ocho los fallecidos y pertenecieron a pandillas. Asimismo, en las calles de la ciudad fronteriza se hallaron los restos de una persona.
Al filo de las 17:00 horas, dos tiendas Oxxo fueron incendiadas por civiles armados; en uno de estos locales, dos mujeres perdieron la vida. Mientras que un Circle K y una sucursal de Del Río fueron baleadas por integrantes de la delincuencia organizada: cuatro personas resultaron heridas, incluyendo un menor de edad.
El terror se expandió a una zona de comercios, donde fueron acribillados cuatro trabajadores de la radiodifusora Mega Radio; uno de los fallecidos fue el locutor Alan González. Aunque ningún grupo delincuencia se ha adjudicado los ataques, este lamentable hecho refleja una vez más la crisis de seguridad que afronta el país y donde la población civil es la más perjudicada.