El Secretario General de la ONU transmitió este lunes un mensaje urgente a un grupo reducido de jefes de Estado y de Gobierno antes de la celebración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021 (COP26) el próximo mes de noviembre: si no cambiamos conjuntamente el rumbo “existe un alto riesgo de que fracase”.
La rotunda afirmación de António Guterres se produce tras la publicación el pasado viernes de un informe de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que incluye unas Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional, los planes en los que los países se comprometen con medidas concretas para reducir el impacto del calentamiento global.
Según el informe, esas contribuciones están muy alejadas del objetivo de contener en un aumento máximo de 1,5 grados centígrados la subida de la temperatura media de la Tierra, tal y como acordó la comunidad internacional en el Acuerdo de París
“En base a los compromisos actuales de los Estados miembros, el mundo se encuentra en un camino catastrófico hacia los 2,7 grados de calentamiento.
La ciencia nos dice que superar los 1,5 grados sería un desastre”, alertó durante su intervención en una mesa redonda informal sobre clima convocada al alimón por el titular de la ONU y el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson.
Guterres destacó que, para limitar el aumento de la temperatura a 1,5 grados, es necesaria una reducción de las emisiones contaminantes de un 45% para 2030, que sirva para alcanzar la neutralidad del carbono a mediados de siglo.
“En cambio, los compromisos asumidos por los países hasta la fecha implican un aumento del 16% de las emisiones de gases de efecto invernadero en 2030 en comparación con los niveles de 2010. Esto significa que, a no ser que cambiemos el rumbo colectivamente, existe un alto riesgo de que la COP26 fracase”, explicó.
Tres frentes abiertos de la Conferencia
Ante esta peligrosa posibilidad, pidió a los líderes asistentes al encuentro “que hagan lo necesario” para que la Conferencia sobre el Cambio Climático, que tendrá lugar en la ciudad escocesa de Glasgow, “sea un éxito y marque un punto de inflexión”.
Para lograrlo, Guterres apuntó tres ejes básicos:
1. mantener el objetivo de no superar los 1,5 grados centígrados del Acuerdo de Paris,
2. cumplir el compromiso alcanzado por los países desarrollados de aportar 100.000 millones de dólares anuales para la acción climática en los países en desarrollo
3. aumentar las inversiones para la adaptación al menos hasta el 50% del total de la financiación pública climática
Al mismo tiempo y en materia de mitigación, afirmó que el objetivo de limitar los 1,5 grados centígrados es todavía posible según los datos que maneja el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, pero que es necesaria “una mejora drástica” de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional de la mayoría de los países.
“Entiendo el principio de las responsabilidades comunes pero diferenciadas.Los países desarrollados deben tomar la iniciativa. Pero también es esencial que varias economías emergentes den un paso más y contribuyan efectivamente a la reducción de emisiones. Necesitamos especialmente el liderazgo de los países del G20.”, destacó y recordó que estas naciones representan el 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Guerra total al carbón
Guterres reiteró una vez más su petición a los gobiernos de retirar las subvenciones a los combustibles fósiles y la eliminación progresiva del uso del carbón. A modo de ejemplo, destacó que si empiezan a funcionar todas las centrales eléctricas de carbón previstas se superarán los límites de temperatura por encima de los 2 grados centígrados.
“Los objetivos de París se desvanecerán. Los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) deben acabar con el uso del carbón para 2030. Los países en vías de desarrollo deben hacer lo mismo en 2040”, limitó.
Calificó de “fracaso” la financiación que deben aportar los países desarrollados a las naciones en desarrollo durante 2019 y 2020 e instó al primer grupo de naciones ha de reducir esta brecha.
Igualmente, pidió el apoyo de las instituciones financieras internacionales y la movilización de sector privado mediante ayuda financiera y tecnológica.