El suicidio es un tema incómodo; es una idea que se llega a tener, pero no se habla, no se expresa, no se ve y tampoco se acepta. En el marco del Día Mundial de la Prevención del Suicidio, Juan Carlos Pinacho Cruz, titular de la Dirección de Acompañamiento Universitario (DAU), señaló que a pesar de que el fenómeno del suicidio no es nuevo, la pandemia sí originó un incremento en las intenciones suicidas de ciertos grupos de la población.
Informó que la DAU, previo a la emergencia sanitaria, recibía al año un reporte de entre cinco y ocho casos de intención o ideas suicidas por parte de los universitarios; pero, de marzo de 2020 al mismo periodo de 2021, este número creció a 29 solicitudes de apoyo, de las cuales más del 80 por ciento corresponden a jóvenes de nivel superior y 15 por ciento a estudiantes de nivel medio superior.
Estos casos fueron canalizados con psicoterapeutas para recibir el acompañamiento necesario por parte de especialistas de la Universidad, a través de los servicios que ofrece la DAU. Lo anterior, insistió, refleja la importancia de solicitar ayuda, pues esta fortalece, principalmente cuando hay cuadros de estrés, depresión o ansiedad agudas.
El titular de la DAU detalló que estas 29 llamadas se relacionaron con la necesidad de atención por una intención suicida o una ideación suicida, ambos conceptos diferentes, pues la ideación sólo se queda en el pensamiento recurrente de poder morir, mientras que la intención implica llevar a cabo una serie de acciones que buscan concretar esos pensamientos.
De estas 29 solicitudes, 18 fueron hechas por mujeres y 11 por hombres, lo que es contrario, dijo, a la tendencia mundial que señala que de cada cuatro hombres que atentan contra su vida, solo una mujer lo hace.
“No es lo típico o usual, pero también se exploran otras situaciones que acompañan a esta situación, por ejemplo hay factores asociados a un manejo inadecuado del estrés, el cual se trata de una reacción normal o natural del organismo ante situaciones que lo desequilibran, aunque no siempre implican acontecimientos negativos; sin embargo, cuando no es bien manejado o no hay recursos suficientes a nivel de la personalidad para enfrentarlo de manera positiva, entonces ese estrés se convierte en distrés”.
El distrés, explicó, afecta una serie de esferas de interacción que conforman nuestra cotidianeidad, entre las que están las relaciones personales, el rendimiento académico o laboral, entre otras.
Otro factor asociado con la intención suicida es el abuso en el consumo de alcohol o drogas, que cuando se presentan desencadenan otros comportamientos que pueden dar como resultado un suicidio. Asimismo, la imposibilidad de comunicar eventos relacionados con la sexualidad, es decir, una persona que tiene una orientación sexual diferente y que ha encontrado rechazo o discriminación en su núcleo familiar o grupo social más cercano, también es motivo para sentirse vulnerable, tener una baja autoestima y desencadenar en otras ideas que atenten contra la vida.
Aunado a estos factores, el maestro Pinacho Cruz mencionó los abusos sexuales o violaciones, específicamente en poblaciones de mujeres, ya que este tipo de experiencias también se vinculan con la vulnerabilidad emocional que puede desencadenar un evento suicida.
“En términos de salud, son dos los factores que encontramos dentro de la DAU respecto al tema suicida. Uno es el trastorno del estado de ánimo, específicamente la depresión y los trastornos de ansiedad. Estas dos enfermedades de tipo psicológico y psiquiátrico inciden en el estado de ánimo de las personas justamente para motivar y despertar el sentido de muerte, por eso es muy importante la atención a la salud mental desde temprana edad y sobre todo contar con una atención emocional personal cuando se está viviendo algo parecido”.
Al respecto, recalcó que a pesar de que la DAU proporciona atención a las y los estudiantes que solicitan citas con personal especializado, son ellos quienes deben tener la posibilidad de un mínimo de convencimiento de que existe alguien que puede colaborar con él o ella, para superar la crisis relativa a su intención o idea suicida. “Es decir, si el joven o la chica no tiene un mínimo de motivación, a pesar de ir a la psicoterapia es posible que pueda llegar a cometer o atentar contra su vida, porque al final de cuentas la psicoterapia no es una receta mágica, por eso es importante que tengan apoyo y encuentren un enganchamiento a la atención emocional”.
Para este año la DAU realiza su tercera jornada de Prevención del Suicidio en el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, donde destaca el mensaje mediante el hashtag #PedirAyudaTeFortalece, con la intención de contraponerse a esa idea habitual que hace pensar que solicitar ayuda es signo de debilidad.
Esta jornada, que inició desde el lunes y concluye este viernes, ofreció conferencias, pláticas y talleres virtuales gratuitos, a través de las distintas plataformas de la Universidad, como la página en Facebook de la DAU, Radio y TV BUAP, YouTube, entre otras, donde se podrán reproducir las actividades relacionadas con el cuidado de la salud emocional y otros temas vinculados a estrategias para superar pérdidas.