“La peor pandemia nos cayó con el peor gobierno”, esta, es una frase recurrente en la actualidad y simplemente engloba lo que vivimos todos los días en materia de salud, educación, seguridad, economía, por citar solo algunos rubros.
La educación y la salud se han conjugado, para que el gobierno federal, pero concretamente el presidente Andrés Manuel López Obrador demuestre una vez más que no tiene noción para gobernar y resolver de la mejor manera los problemas o circunstancias que se van presentando.
El COVID-19 trae en jaque a nuestras autoridades de salud y de educación, con el tema del regreso a clases, sin contar a los padres de familia y a los propios estudiantes.
Cartas responsivas, declaraciones absurdas, canciones (los caminos de la vida) y la necedad de que en un par de semana regresen los estudiantes a las aulas se ha convertido en el Waterloo de López Obrador.
Y es que la variante Delta del bicho que está pegando en estos momentos en todo el país, no está respetando edades ni condiciones sociales, de ahí que la mayoría de los padres de familia se oponen al regreso físico de sus hijos, “por lo menos no en estos momentos”, “que más maestros estén vacunados junto con el personal administrativo y de apoyo de las escuelas”, “que la mayoría de los padres y familiares que estén en edad de recibir la vacuna, cuenten con el medicamento”, son algunas de las inquietudes que se tienen en este momento.
La última declaración de la maestra Delfina Gomez titular de la SEP, en el sentido de que la carta responsiva no será obligatoria, es más que la han eliminado ya del decálogo de la secretaría, agrava más la situación del regreso a clases en todo el país.
En este sentido la pregunta es necesaria ¿dejarán ir a sus hijos a las aulas?….. yo tampoco.