En días pasados los cancunenses vivimos de nuevo el terror de los enfrentamientos entre delincuentes y policías, por los ataques a restaurantes que se realizaron por supuestosreclamos de derecho de piso por parte del crimen organizado. Para infortunio de los ciudadanos, la escasa información brindada por las autoridades competentes y su escasa confiabilidad, dejaron más dudas que respuestas, lo cierto es que Cancún hierve entre asesinatos, secuestros, desaparecidos y asaltos. Y pareciera que este momento de campañas sólo es un pretexto para que algunos candidatos se adornen con recriminaciones hacia los demás, todos y cada uno de los que participan en la contienda han tenido puestos públicos y pudieron realizar un mejor desempeño.
Lejos del morbo o la nota que puedan generar los ataques verbales, los spots con señalamientos escandalosos o las promesas a cumplir entre candidatos, es innegable que quien gane la gubernatura del estado, tendrá la obligación de resolver el ya rebasado problema de la inseguridad. Las altas expectativas fincadas en el gobernador saliente Carlos Joaquín, quedaron sólo en eso. No tuvo ni la capacidad ni el interés de atender el tema, y sólo lo empeoro con la designación de personajes funestos al frente de los órganos de seguridad del estado. Ha permanecido impávido ante la ola de crímenes que la gente a la que debe su trabajo ha sufrido día a día desde que tomó el poder del estado. Quien gobierne los próximos seis años está al tanto de esto, y lo último que la ciudadanía tolerará será la retahíla de culpas a la administración anterior, porque quien gane la elección siempre ha estado consiente de la problemática que decidió aceptar al contender por la silla gubernamental.
La inseguridad que sufre todo el país se refleja en los datos del propio Gobierno Federal que se divulgaron a comienzos de este año, en donde México cerró el 2021 con 33, 410 homicidios dolosos, que además fueron motivo de festejo del presidente López Obrador frente a los 34, 554 asesinatos del año anterior de pandemia. El INEGI registró que el 65.8 % de la población de 18 años considera inseguro vivir en su ciudad. Los recientes asesinatos de jovencitas en todo el país dejan en claro la razón.
Las campañas electorales son hasta ahora lo que se esperaba de ellas, la política seria comenzará con la designación del gabinete en turno, y se espera que el nombre de Alberto Capella quede sumido en el más profundo olvido, por el daño que ha hecho a nuestro estado. Verlo figurar, aunque sea como asesor,sería indignante y peligroso si lo que se pretende es corregir el rumbo en materia de seguridad. Porque la omisión también es traición.