Es por ello que te damos algunas recomendaciones para que dejes la adicción al tabaco y empieces una vida más sana y feliz.
- Ponlo por escrito.- La gente que quiere hacer un cambio en su vida a menudo tiene más éxito cuando lo pone por escrito. De modo que anota todos los motivos por los que deseas dejar el tabaco, como el dinero que te ahorrarás o la resistencia que ganarás para hacer deporte. Pon esa lista en un lugar donde la puedas ver y ve añadiendo nuevas razones conforme se te vayan ocurriendo.
- Busca apoyo.- Las personas cuyos amigos y familiares les echan una mano para dejar de fumar tienen muchas más probabilidades de lograrlo. Si no quieres contarles a tus padres o parientes que fumas, asegúrate de que tus amigos lo saben, y considera la posibilidad de pedir ayuda a un consejero o a otro adulto de confianza. Y, si tienes muchas dificultades para encontrar a personas que te apoyen (si, por ejemplo, todos tus amigos fuman y a ninguno le interesa dejarlo ni que lo dejes), tal vez te vaya bien unirte a un grupo de apoyo, sea de forma presencial o conectado a Internet.
- Fija una fecha para dejar de fumar.- Elije un día en que dejarás de fumar. Informa a tus amigos (y a tu familia, si saben que fumas) de que vas a dejar de fumar ese día. Piensa en ese día como en la línea divisoria entre tu yo fumador y el nuevo y mejorado yo no fumador. Márcalo en el calendario.
- Tira a la basura tus cigarrillos o productos de tabaco —todos tus cigarros.- Nadie puede dejar de fumar con cigarrillos a su alrededor. Tira incluso aquel paquete de emergencia que guardabas en el bolsillo secreto de tu mochila. Deshazte también de tus ceniceros y encendedores.
- Lava bien toda tu ropa.- Elimina el olor a tabaco de tu ropa en la medida de lo posible lavándola a conciencia y llevando a lavar en seco los jerséis gruesos, abrigos y chaquetas que lo requieran. Si fumabas en tu coche, lávalo también.
- Piensa en tus desencadenantes.- Probablemente seas consciente de las situaciones en que más tiendes a fumar, como después de comer, cuando estás en la casa de tu mejor amigo, mientras tomas café o al conducir. Estas situaciones son tus desencadenantes de la conducta de fumar; es algo automático tener un cigarrillo en la mano cuando te encuentras en ellas. Una vez hayas averiguado cuáles son tus desencadenantes, prueba los siguientes consejos:
Con estos consejos será más sencillo emprender tu lucha para dejar de fumar.