Netflix ha dejado claro que solo pueden usar una cuenta abierta en su servicio las personas que viven en el mismo hogar y que, en caso de detectar que no se cumple este requisito, el próximo año empezará a cobrar al usuario un importe adicional.
La compañía tecnológica dedica a la compartición de cuentas un apartado en su página de Ayuda, en donde deja claro que las personas que no vivan en en el mismo hogar "tendrán que usar su propia cuenta para ver Netflix".
La compañía verifica el requisito del hogar a través de la dirección IP, los identificadores de los dispositivos y la propia actividad de la cuenta. Con esta información, Netflix puede saber si se está usando la conexión a Internet del hogar del titular de la cuenta.
En el caso de que el usuario se conecte desde otra red, o desde un dispositivo distinto fuera del hogar, por ejemplo, porque está de viaje, la compañía realizará una verificación del dispositivo para comprobar que está autorizado a usar dicha cuenta.
La finalidad es de todo esto es evitar que otros usuarios, aunque se trate de amigos o familiares, utilicen una misma cuenta, un fenómeno que en los últimos años ha permitido compartir gastos, por ejemplo, activando una cuenta que admite el uso simultáneo de cuatro dispositivos, cuyo coste se puede repartir entre cuatro personas.