La balacera, que comenzó este viernes en la noche, y la masacre posterior se produjeron en medio de un temor generalizado a nuevos ataques. Las autoridades, por su parte, buscan a extremistas con explosivos que se creen siguen prófugos luego de los atentados coordinados en iglesias y hoteles de lujo que causaron más de 250 muertos hace una semana.
Los allanamientos y los toques de queda impuestos por la policía cerraron áreas del este de Sri Lanka y líderes de la Iglesia católica cancelaron las misas dominicales por tiempo indefinido. Las autoridades también exhortaron a los musulmanes a permanecer en casa para sus oraciones en un llamado extraordinario del clero para restringir el culto.
El tiroteo comenzó cuando la policía alertó a los soldados sobre la existencia de una supuesta casa segura cerca de la localidad de Sammanthurai, donde los extremistas realizaron tres explosiones y abrieron fuego, señalaron las autoridades.
Algunos de los fallecidos podrían ser insurgentes que se inmolaron en atentados suicidas, explicó el vocero de la policía, Ruwan Gunasekara. Antes, el ejército reportó que al menos un civil perdió la vida en el ataque.
Con información de unotv.com