El mexicano fue identificado como Adrián Hong Chang, quien tras el allanamiento avisó al FBI en Nueva York para facilitar el material audiovisual que había obtenido durante el mismo.
Los delitos que están siendo investigados son allanamiento de morada, retenciones ilegales, lesiones, falsificación documental, amenazas y robo, cometidos por organización criminal.
Los delincuentes huyeron inmediatamente de España. Según se ha podido saber, el grupo de 10 personas, de las que siete están identificadas, se desplazó hasta Lisboa, Portugal. Desde allí, al menos el cabecilla voló hasta Nueva York.
Los asaltantes retuvieron y golpearon violentamente a los trabajadores de la embajada, para posteriormente proceder a hacerse con diverso material informático y teléfonos móviles.
El suceso se dio a conocer porque una de las empleadas de la sede diplomática logró escapar y pedir auxilio, consiguiendo que los vecinos alertasen a las autoridades. Cuando los agentes de Policía acudieron al lugar para comprobar lo explicado por la denunciante, un hombre bien vestido les abrió y les dijo que no había ningún problema en el interior.
Minutos más tarde el portón del recinto diplomático se abrió y salieron tres vehículos de alta gama a gran velocidad. Más tarde, Hong Chang y otro de los asaltantes salieron por la parte de atrás del edificio y utilizaron un vehículo de alquiler con conductor para huir.