La vasectomía es una cirugía para lograr anticoncepción en el hombre. Consiste en seccionar los conductos deferentes, que llevan los espermatozoides desde el testículo hacia la próstata (donde se acumulan los fluidos que forman el semen). De esta manera, la eyaculación de quienes se someten a esta intervención no contiene espermatozoides y, por lo tanto, no pueden lograr el embarazo.
Como en todas las operaciones que se llevan a cabo de manera quirúrgica, siempre conviene analizar los pros y los contras que conllevan y es muy importante ponerse en manos de profesionales que te expliquen todos los detalles de la intervención, postoperatorio y demás. Entre las ventajas de la vasectomía podemos destacar:
Se trata de un método anticonceptivo completamente seguro y eficaz. Al ser una intervención sencilla, los riesgos para el paciente son pocos ya que se practica con anestesia local y no suele tener efectos secundarios indeseados. Habrá que hacerse algunos controles tras la intervención para confirmar la ausencia de los espermatozoides, pero después no requiere más revisiones periódicas ni médicas.
Debemos tener claro además que cuando un hombre se somete a una vasectomía, después no habrá una disminución del deseo sexual ni supondrá ningún problema a la hora de mantener relaciones sexuales con normalidad. El hombre continuará produciendo testosterona de forma normal por lo que la libido no variará. Debemos saber que la vasectomía no causa alteraciones sensoriales en el pene por lo que el placer durante el sexo seguirá siendo el mismo que antes de la intervención.
Otra de las dudas más habituales antes de decidirse por esta intervención es si el hombre puede quedar impotente tras la vasectomía. El riesgo de que esto suceda es nulo, dado que la cirugía no afecta al pene de ninguna manera. Es cierto que hay ocasiones en las que los pacientes pueden sufrir algún tipo de ansiedad tras la intervención y esto podría causar problemas a la hora de tener una erección -sobre todo si hay algo de inflamación y dolor-, pero esto va desapareciendo con el paso de los días.
Algunos de los inconvenientes que hay que tener en cuenta son que su eficacia no es inmediata, ya que hasta pasados tres meses de la intervención hay que seguir llevando a cabo otros métodos anticonceptivos durante las relaciones íntimas. Por supuesto, igual que no frena el deseo sexual, tampoco frena el contagio de las enfermedades de transmisión sexual por lo que los cuidados para prevenir una ETS deben seguir siempre siendo los mismos.
Es una intervención permanente y para revertirla habría que pasar por una intervención quirúrgica mucho más complicada por lo que hay que estar muy seguros antes de practicarla. Además, depende del tiempo que haya transcurrido desde que se ha llevado a cabo la vasectomía para que esa operación sea exitosa.