Murió a los 36 años en un accidente automovilístico, el 31 de agosto de 1997. Su vida, obra e inesperada muerte la convirtieron en un mito de la cultura británica y en un personaje extremadamente popular.
Su vida marcó un antes y un después en la Familia Real de Reino Unido, pese a los múltiples escándalos y problemas maritales, siempre se mostró auténtica y cercana al pueblo y al mundo.
Diana dejó un gran legado en su país como en otras naciones, desde la forma de educar a sus hijos, hasta su gran estilo para combinar distintas prendas para lograr looks que sobreviven al paso del tiempo.
Mohamed Al Fayes, padre de Dodi Al-Fayed (novio de Diana y que también murió en el accidente) desarrolló una acusación conspiratoria, sobre que el autor intelectual del choque habría sido el esposo de Isabel II, Philip.
En su momento sostuvo que quizás el descontento de la familia real hacia Diana fue que su novio era musulmán. Mucho se rumoró sobre un posible embarazo, si Diana estuvo realmente embarazada, Willian y Harry hubieran tenido un hermano musulmán, hecho que iría contra los estándares establecidos por la realeza.
La principal teoría conspiratoria indica que la muerte de Diana fue una acción premeditada por parte de la corona británica, así que, se dice que dos años antes de su muerte la princesa escribió una nota en la que aseguraba que el príncipe Carlos estaba planeando un accidente de tráfico para terminar con ella y rehacer su vida (ya sea con Camilla o con la niñera).