Durante la conferencia de esta mañana, el mandatario sostuvo que hay respeto al pueblo español, a su gobierno y a la monarquía; no obstante, algunas empresas, mediante acuerdos entre cúpulas españolas y mexicanas, han afectado a México.
La única queja, cuestionamiento, es que se abusó en otros tiempos a nuestro país y se le consideró como tierra de conquista por las empresas e influyentísimo político que se llevaba a cabo arriba, en la cúpula de los poderes tanto de España como de México.
Eso ya no se permite y eso es lo que se ha decidido, pero no se rompe la relación.
“La pausa será para empresas españolas, el influyentísimo, porque si investigan van a encontrarse cosas completamente, para decirlo amablemente: irregulares. ¡Eso no!”, afirmó.
Además, el presidente sostuvo que el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, ha hablado con autoridades españolas y se ha aclarado que “no hay ningún problema”.
La aseveración del mandatario se da luego de que ayer el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, mencionó en una rueda de presa que su país prefería acelerar las relaciones con México en lugar de pausarlas.