Ante la Casa Blanca, se celebró una manifestación para pedir el cierre de la prisión militar estadounidense en la base naval de Guantánamo.
La prisión lleva más de 20 años, y la han arrastrado cuatro mandatos presidenciales, y en ella se han vivido terribles historias, a lo que Joe Biden anunció que es un vergonzoso legado que no podemos dejar a las generaciones futuras.
Se estableció como respuesta a los atentados del 11 de septiembre, actualmente la prisión de Guantánamo ha alojado a unos 780 hombres y niños musulmanes; muchos de ellos fueron secuestrados, sometidos a desaparición forzada y torturados. Muy pocos fueron acusados de delitos y ninguno fue sometido a un juicio con las debidas garantías.
Amnistía Internacional y otras muchas organizaciones en todo el mundo han hecho campaña tenazmente para que se cierre.
El gobierno estadounidense debe tomar medidas de inmediato para rectificar esta situación y comprometerse a resolver el caso de cada detenido, mediante su traslado y excarcelación sin más demora y de conformidad con el derecho internacional o, de existir pruebas admisibles suficientes con arreglo al derecho internacional para su procesamiento por delitos comunes internacionalmente reconocibles, mediante una resolución judicial justa, dictada por un tribunal federal legítimamente constituido y sin recurrir a la pena de muerte.
Artículo publicado originalmente en Al Yazira.