Hasta hace una semana, La Palma, un archipiélago español de las Islas Canarias, ha sido devastado por la erupción del volcán del Parque Nacional de Cumbre Vieja.
Esta se trata de una de las actividades volcánicas más activas del mundo. Miles de personas han sido afectadas por el paso de la lava, y debido a las frecuentes explosiones han aumentando la velocidad con la que se desplaza.
La lava se ha devastado los hábitats de muchas especies y los hogares; pero no son el único problema, los científicos han confirmado que la inhalación de los gases tóxicos y el humo puede afectar gravemente a la salud de las personas. Ahora demás, se ha dado a conocer que el movimiento de la lava en dirección del mar presenta otra gran amenaza para los habitantes de La Palma.
De acuerdo con datos proporcionados por el Instituto Volcanológico de Canarias, la magma ya ocupó alrededor de 232 hectáreas y la ceniza ha afectado aproximadamente unas 1.300 hectáreas.
Los expertos del instituto explicaron que el impacto de la lava con el agua de mar provocará que la materia caliente se solidifique al tocar el agua, lo cual provoca la generación de humo blanco, gases y líquidos ácidos que al ser inhalados o tocados podría irritar gravemente la piel, los ojos y el aparato respiratorio.
Hasta ahora la lava ha destruido más de 510 edificios y hogares y se han evacuado a 6,200 personas.