Para hacer accesible el patrimonio urbano y arquitectónico del Centro Histórico de la ciudad de Puebla a personas ciegas, académicos y estudiantes de la Facultad de Arquitectura de la BUAP (FABUAP) desarrollaron el proyecto “Maquetas hápticas impresas en tecnología digital 3D para niños con discapacidad visual”, con el cual fueron distinguidos con el reconocimiento internacional Buenas Prácticas en Accesibilidad 2019, por parte de la Design for All Foundation, con sede en Barcelona, en la categoría Proyectos, propuestas, metodologías y estudios.
El diseñado fue creado por los académicos, la doctora Adriana Hernández Sánchez y el candidato a doctor Christian Enrique de la Torre Sánchez, y los alumnos Jesús Manuel Mejía Sánchez, Francisco Javier Vázquez y Luis Gerardo Córdova Moreno, de la Facultad de Arquitectura de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, quienes recibirán este reconocimiento en una ceremonia virtual en octubre próximo.
Con este proyecto competirán además por la distinción Mejores Prácticas 2020. Obtuvo además una Mención Especial en la convocatoria de la Sociedad Colombiana de Arquitectos para los premios Golden Cubes 2020, por lo que ha sido preseleccionado para participar en el reconocimiento convocado por la Unión Internacional de Arquitectos. Se trata de una premiación que cada año reconoce estrategias y acciones que vinculen la difusión de la arquitectura entre niños y adolescentes.
En colaboración con el colectivo Re Genera Espacio, desde 2018 el equipo ha trabajado en la creación de herramientas alternativas para mejorar el aprendizaje de la movilidad y la comprensión espacial urbana, para personas con discapacidad visual de 6 a 12 años. Para ello, elaboraron un plano cartesiano que comprende 90 manzanas del Centro Histórico de la ciudad, con ayuda del Laboratorio de Tecnologías 3D de la FABUAP, y una maqueta del templo de San Antonio, en colaboración con el FabLab Ibero Puebla.
El plano-maqueta ayuda a que un niño con ceguera o debilidad visual tenga una primera noción de la distribución de las calles de la ciudad, previo al aprendizaje para desplazarse en campo con ayuda de un bastón guía. La maqueta del templo se propuso como un material didáctico para el reconocimiento de un inmueble con valor patrimonial.
Ambos modelos fueron sometidos a diferentes pruebas táctiles con niños de la asociación Leyer´s Puebla, destacando la escala, el volumen y las texturas para identificar con mayor facilidad detalles, espacios, elementos arquitectónicos y decorativos que sólo son apreciados de manera visual. En ese proceso de evaluación participaron estudiantes becarios de los programas VIEP-BUAP y de los veranos científicos del Conacyt y la Academia Mexicana de Ciencias.
En el diseño de elementos táctiles también se consideró el color y otros factores asociados, como el tipo de acabado o el brillo de los materiales. Así se seleccionó el azul en un primer modelo y en las siguientes pruebas naranja y blanco, dado que el color ayuda a las personas con debilidad visual a distinguir la forma de los objetos.
Durante el proceso de elaboración se hizo un registro urbano o arquitectónico de los elementos a reproducir, digitalización, modelado tridimensional, pruebas de impresión en tecnología 3D y los sucesivos procesos de impresión, evaluación por parte de los niños (incluyendo las recomendaciones de sus profesores de educación especial), modificaciones en el modelado y nueva impresión.
Entre las recomendaciones se hizo énfasis en diferenciar mediante texturas las calles peatonales de las vehiculares, mostrar senderos y los obstáculos, como macetones, árboles y mobiliario urbano; así como aumentar el tamaño de aspectos arquitectónicos, como cúpulas. Lo anterior para identificar los elementos con facilidad.
Un acercamiento a la ciudad
En el país existen 2.5 millones de personas con alguna discapacidad visual, incluyendo la ceguera. Dentro de este grupo, 63.5 por ciento no utiliza algún tipo de ayuda técnica, por lo que sus condiciones de autonomía y movilidad son limitadas, generando una condición de dependencia mayor.
Aunque la ciudad de Puebla cuenta con maquetas monumentales, son elementos contemplativos con fines turísticos, inaccesibles y sin función háptica. Así, derivado de la línea de investigación “Espacio público, participación ciudadana y Centro Histórico”, el proyecto busca contribuir a la apreciación de los espacios construidos.
Las características de estas maquetas no son convencionales, puesto que no se trata de reproducciones exactas de los inmuebles. Son el resultado de muchas pruebas, tanto en el laboratorio como en la evaluación con los usuarios, que se adecúan para proporcionar herramientas al tacto, a través de la combinación de volúmenes, grosores, texturas y colores que permiten a los niños comprender la geometría de objetos tridimensionales y los espacios arquitectónicos, a la vez que hacen una lectura del patrimonio local.
Cabe mencionar que es la segunda vez que el equipo gana un reconocimiento de Buenas Prácticas en los premios Design for All, en 2017 lo obtuvo por el proyecto de Accesibilidad en el Patrimonio Religioso del Centro Histórico de Puebla, que consistió en el diseño, construcción y colocación de rampas en algunos templos del primer cuadro de la ciudad.