“A pesar de que en la actualidad hay libros digitales, un libro en papel siempre será atractivo: abrirlo, sentirlo e iniciar esa magia desde el momento de tocarlo y sumergirse en el mundo maravilloso que nos ofrecen. Los libros son amigos de quien los posee; los invito a encontrar en ellos al mejor compañero que puedan tener”, expresó la Rectora Lilia Cedillo Ramírez en el arranque del proyecto “Librocleta”, en el cual estuvo acompañada por Carmen Enedina Rodríguez Armenta, directora General de Educación Superior Universitaria e Intercultural de la Secretaría de Educación Pública federal.
Esta iniciativa de estudiantes trasladará libros en bicicletas adaptadas para este fin en los alrededores de la Biblioteca Central Universitaria, la Dirección de Cultura Física y la Torre de Gestión Académica y Servicios Administrativos, en Ciudad Universitaria, los miércoles y jueves de 11:00 a 15:00 horas. Los promotores realizarán actividades recreativas para atraer a los usuarios y los invitarán a leer; además, gestionarán el préstamo a los interesados en la lectura.
En su intervención, Carmen Enedina Rodríguez Armenta señaló que la BUAP se caracteriza siempre por estar a la vanguardia con novedosos proyectos para los estudiantes, los cuales sirven de ejemplo a otras universidades. “Un libro es un compañero en momentos de tristeza. Celebro que se trate de un proyecto de estudiantes para estudiantes porque es una gran oportunidad para que los jóvenes demuestren cómo pueden apoyarse unos a otros y acompañarse en esa transformación por la que pasan todos durante la vida en la universidad”, comentó.
Por su parte, la titular de la Dirección de Acompañamiento Universitario, Nadia Ekatherina Huerta Jiménez, indicó que un objetivo de las universidades es promover la lectura, por lo que invitó a consultar el acervo de la “Librocleta” y “construir unas fuertes alas para hacer un proyecto tan grande como la imaginación lo permita”.
La “Librocleta” es una propuesta de 40 estudiantes de diferentes unidades académicas que forman parte de la primera generación de promotores culturales, quienes recibieron una formación de seis meses como parte de un seminario de gestión cultural.
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