El Jardín Botánico Universitario de la BUAP es uno de los espacios de su tipo más importantes del país, con cinco colecciones científicas de gran relevancia. Una de estas, la de plantas vivas integrada por 3 mil 40 ejemplares de mil 350 especies, de las cuales 501 son arbóreas, la más grande que existe en México. Mientras que el Herbario tiene 55 mil registros de más de 5 mil 500 especies de la flora del estado de Puebla y Tlaxcala.
Las demás colecciones son la de germoplasma de especies amenazadas, iniciada en 2018 con el apoyo de Botanic Gardens Conservation International, la cual cuenta con el resguardo de 10 especies y más de 40 mil semillas de árboles en peligro de extinción. Estas semillas constituyen un importante reservorio genético para la conservación de la diversidad vegetal del estado.
Existen además dos colecciones históricas: Herbario Histórico de la Biblioteca José María Lafragua, incorporado de forma digital, con mil 300 ejemplares, considerado el primer antecedente del trabajo botánico en Puebla.
Asimismo, la colección histórica de muestras medicinales adquirida por la BUAP a la Compañía Merck a principios del siglo XX, para apoyar la enseñanza del área de farmacia. Esta colección incluye 178 frascos con muestras de las plantas, animales y derivados que se usaban en la enseñanza de la farmacia o para la extracción de principios activos. Resaltan plantas como la Digitalis, belladona y amapola.
Todos estos acervos están bajo la responsabilidad de Allen J. Coombes, botánico de renombre mundial, quien ha escrito más de 30 libros y 88 artículos científicos.
Jesús Francisco López Olguín, director del Jardín Botánico, refirió que el antecedente de este espacio universitario fue el proyecto “Flora útil del estado de Puebla”, propuesto en 1985 por la doctora Maricela Rodríguez Acosta, fundadora y anterior directora, el cual inició un año después y dio origen a la colección herborizada más grande y completa de la entidad.
La conservación sigue siendo el objetivo central del Jardín Botánico, al cual se suman la investigación, enseñanza ambiental y recientemente la restauración, la cual consiste en recuperar el estado original de un espacio degradado. “La restauración es la aplicación final de todos estos objetivos”, destaca el doctor López Olguín.
Certificación internacional
Por su colección viva y su trabajo de conservación de árboles en peligro de extinción, así como por cumplir estándares de calidad mundial, el Jardín Botánico obtuvo la Acreditación Arboretum Nivel IV por la Red Internacional Arboreta Network (Arb Net) de Morton Arboretum, una asociación de jardines botánicos internacionales.
Esta distinción resalta los niveles de calidad del JBU en los campos de recolección, conservación, investigación, educación y mejoramiento público. Asimismo, la visión, objetivos, trabajo profesional y científico de este espacio fundado en 1986. “Estamos en el nivel más alto de acreditación. Es uno de los 33 jardines botánicos en el mundo con este nivel de acreditación de un total de poco más de 500”, subraya su director, Jesús Francisco López Olguín.
El Herbario y Jardín Botánico de la BUAP reflejan exactamente una visión contemporánea de lo que tal vez imagino el médico y botánico italiano Luca Ghini, quien en 1566 fundó el primer herbario formal. Por consiguiente, este espacio universitario es un reflejo contemporáneo del antiguo interés del hombre por las plantas, así como de la preservación de la biodiversidad y el equilibrio ecológico.
Colección viva
El Jardín Botánico ocupa un espacio de 10.8 hectáreas en el centro de Ciudad Universitaria. Es conocido internacionalmente por su colección de encinos, pinos y otros árboles mexicanos, muchos de ellos raros. Dentro de los encinos hay en desarrollo cuatro de las especies más restringidas en México y tres especies de conservación bajo observación internacional: Quercus brandegeii, Q. insignis y Q. hirtifolia. Esta colección del género Quercus es reconocida como la más importante de Mesoamérica.
Otras colecciones incluyen especies de Bursera, Jatropha, cactáceas, plantas de importancia económica, ornamentales y flora nativa que incluye cinco especies de orquídeas terrestres.
Allen J. Coombes, curador de las colecciones científicas, informa que las colecciones vivas provienen de diferentes lugares. “Cuando recolectamos estas en diferentes partes de Puebla reunimos partes del ejemplar para su identificación taxonómica. Si existe dificultad, se consulta su registro en el Herbario”.
El JBU está conformado por 11 secciones de plantas divididas con criterios geográficos, ecológicos, taxonómicos y de usos. La colección destaca por tener poco más 3 mil plantas, mil 500 accesos, mil taxones, 480 géneros, 122 familias, 280 especies nativas y 140 accesos de Quercus. También es el hogar de insectos y de alrededor de 100 especies de aves que se abastecen de agua, alimento y refugio todo el año.
Herbario
Una colección de herbario es un banco creciente de información, proviene de los ejemplares botánicos que representan la flora y vegetación de un área. Por lo tanto, es una herramienta fundamental en los estudios florísticos y taxonómicos.
La colección herborizada del JBU se inició en 1986 con 137 especímenes botánicos; hoy son 55 mil ejemplares, en su mayoría colectados en el estado de Puebla, número en incremento gracias al trabajo del personal de este espacio universitario.
El 5 de julio de 1995 obtuvo su registro internacional en el Index Herbariorum de New York -directorio mundial de los herbarios y su personal asociado-, con las siglas HUAP. Al igual que el Herbario histórico, esta colección moderna se digitaliza para facilitar su consulta.
Además de estudios florísticos, taxonómicos y etnobotánicos, se desarrollan trabajos de ecología y cambio climático, como la Actualización de la Flora de Puebla, Distribución de Quercus en el estado de Puebla y su relación con el hábitat, Revisión del Herbario histórico de la Biblioteca Lafragua y Flora medicinal y de importancia industrial de Puebla.
Educación ambiental
Desde sus orígenes, el Jardín Botánico Universitario centró especial atención en la educación para el desarrollo sustentable, con el objetivo de propiciar una conciencia ambiental entre sus visitantes para conservar la biodiversidad vegetal. De esta manera, sus 10.8 hectáreas en el corazón de CU se convierten en un salón al aire libre.
El subdirector, Sergio Martín Barreiro Zamorano, destaca que las visitas guiadas se imparten a estudiantes del nivel básico, medio superior y superior, así como al público en general. “La intención de estas visitas guiadas es desarrollar una conciencia sobre el uso racional de los recursos”.
Para comprender la relación hombre-naturaleza, los estudiantes exploran a través de los sentidos. “Es una educación libre de tecnología; es decir, tocan las texturas de la corteza de árboles y las hojas, perciben los aromas de las plantas, los colores e incluso los sabores en la sección de plantas medicinales. En sí, es un deleite de los sentidos”, detalla Barreiro Zamorano.
Cabe mencionar que el JBU tienen la acreditación nivel I como Centro de Educación y Cultura Ambiental (CECA), por parte de la SEMARNAT, y la certificación ISO 9001:2015 en el proceso de Servicio Educativo (visita guiada-taller) por la International Standards Authority Inc.