Aunque fue una curiosidad la que llevó a esta atleta a prender los Juegos, la estructura organizativa contó con mucho aporte femenino, en labores lejos de pistas y canchas, pero que implicaban tareas de traducción o logística por ejemplo.
El entonces presidente del Comité Organizador, Pedro Ramírez Vázquez, tenía en mente que el pebetero lo encendiera una bailarina, pero el final fue distinto.
"Sugirió alguna bailarina del ballet de Amalia Hernández, eran muy guapas y con el estilo mexicano, pero corrían como bailarinas, entonces el doctor Eduardo Gele comentó que había una atleta que corría precioso y que quería que la viera, la fueron a ver y la eligieron", recordó Javier Ramírez Campuzano, hijo de Ramírez Vázquez.
El también arquitecto cree que Basilio no solo fue la primera mujer en encender un pebetero sino también en ser la primera relevista en llevar una antorcha olímpica. Y aunque ella se llevó esos créditos de género, en la organización hubo muchas mujeres de gran aporte.
"Pedro Ramírez Vázquez se apoyó mucho en las mujeres, en su capacidad, él no veía las cosas por género. En el Comité Organizador la dirección de atención de visitantes estaba a cargo de la señora Diana Salvat", recordó Ramírez Campuzano.
Ella conformó un equipo de centenas de edecanes para participar en diversos eventos y visitas oficiales. Para ello, durante varios meses las jóvenes recibieron cursos sobre historia de México, cultura y deporte, así como conferencias con Salvador Novo y el escultor Mathias Goeritz.
Danielle Wolfowitz fue otra mujer pilar en la ejecución de los Olímpicos, pues se encargaba de los servicios lingüísticos para traducir idiomas como tailandés, polaco o francés, para deportistas y personalidades del medio diplomático, cultural y financiero.
"Durante más de 20 meses se les enviaba editoriales deportivas y culturales para que se hablara de México, de los avances que se tenía a nivel gobierno y había un gran interés con invitados especiales, ella era la encargada", añadió Ramírez Campuzano.
Aunque no es mexicana, Beatrice Trueblood, se encargó de la publicación de más de un millón 800 mil documentos como parte del departamento editorial.
El departamento de publicaciones tuvo a una joven letona de 27 años con la responsabilidad de hacer cartas olímpicas cada 15 días, un boletín cada mes, todos los programas de cultura y deportes, reglamentos...", agregó.
Gracias al trabajo de todas ellas hoy hace 50 años inició México 68, un evento cuyo máximo medallista fue precisamente una mujer, la gimnasta checa Vera Caslavska, con 4 de oro y 2 de plata.
Con información de mediotiempo.com