“En la BUAP aprendí a trabajar, la formación de alto nivel que me ofrecieron en el área de Física me ha permitido establecer relaciones, emprender y colaborar con otros científicos. Gracias a eso he podido extender ese conocimiento adquirido y abrir nuevas líneas de investigación en mi país, donde actualmente me desempeño como coordinador de la carrera de Física en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras”, expresa.
Entre sus logros profesionales está ser investigador asociado al Mesoamerican Centre for Theoretical Physics (MCTP); ser miembro de la Sociedad Americana de Física, contar con diversos artículos publicados en revistas de primer cuartil; ofrecer más de 45 pláticas internacionales en países como Guatemala, Brasil, Italia, Reino Unido, Israel y Estados Unidos. Asimismo, ha realizado estancias en universidades como la UNAM, Cambridge, Amsterdam, Universidad Hebrea, Stanford, Edimburgo e Instituto Balseiro, entre otras.
El vínculo que guarda con la BUAP permanece vigente gracias a la colaboración que mantiene con físicos como el doctor Lorenzo Díaz, con quien trabaja amplitudes de dispersión, lo que los convierte en el único grupo de América Latina en abordar este tema. Para entender este interés científico, el doctor Larios explica que las amplitudes de dispersión son estructuras o fundamentos matemáticos necesarios para aplicaciones directas en trabajos experimentales que realizan científicos, cosmólogos o astrofísicos, específicamente en la detección de las ondas gravitacionales que se generan en la colisión de agujeros negros en algunas regiones del Universo o a distancias muy lejanas.
“Haber estado en la BUAP fue maravilloso y no sólo porque esta institución está en una de las ciudades más bellas del mundo, con una enorme riqueza cultural e histórica, a eso hay que sumar todo lo que ofrece la BUAP, es decir, su programa de doctorado de alto nivel, lo que la convierte en una excelente opción para prepararse”, asegura.
Recuerda que renunció a una beca que le otorgó la Secretaría de Estado de Honduras en colaboración con Washington, que le permitía estudiar en algunas de las universidades más importantes de Estados Unidos. Sin embargo, su apuesta fue la BUAP, pues ninguna de esas instituciones le ofrecía la flexibilidad para trabajar en temas de vanguardia, como la Máxima Casa de Estudios en Puebla.