Masha Amini, murió tres días después de haber sido “golpeada en la cabeza con una porra y contra el vehículo por la llamada “Policía Moral”. Pertenecía a la etnia kurda, de la ciudad occidental de Saqez, en la provincia del Kurdistán, fue arrestada por la Gasht-e Ershad el pasado martes 13 de septiembre luego de que saliera de una de las estaciones del metro de Teherán, acusada de violar la ley que obliga a las mujeres a cubrirse el cabello con un velo, y los brazos y piernas con vestimentas holgadas.
De acuerdo con los informes emitidos por diferentes organismos de Derechos Humanos, el gobierno iraní aseguró que el deceso se debió a un paro cardiorespiratorio “inesperado”, mientras permanecía a la espera de ser “educada” por los elementos policiales.
Tras los hechos, miles de mujeres salieron a las calles el martes por la noche, con videos de protestas que surgieron de docenas de pueblos y ciudades, desde la capital Teherán hasta bastiones más tradicionalmente conservadores como Mashad.
Las imágenes muestran a algunos manifestantes coreando: "Mujeres, vida, libertad". Se puede ver a otros encendiendo fogatas, peleándose con la policía o quitándose sus pañuelos de la cabeza y quemándolos, así como destruyendo carteles del Líder Supremo del país y gritando: "Muerte al dictador".
Hasta ahora y oficialmente, al menos 30 personas han muerto, entre ellas manifestantes y policías, según ha anunciado este jueves la televisión estatal iraní. Aunque el Ejecutivo ha rechazado la implicación de la Policía en dichas muertes, diversos vídeos difundidos en las redes por activistas muestran escenas de violencia por parte de los antidisturbios.