El bebé, de 3 meses, no pudo superar las heridas sufridas cuando un pino se derrumbó sobre la casa móvil familiar en la tarde del domingo, informó el comisionado del condado de Gaston, en Carolina del Norte. Esta es la segunda muerte de un niño pequeño a causa de Florence, después de que el viernes falleciese otro, junto con su madre, cuando otro árbol cayó sobre su vivienda en Wilmington.
"Todavía no hemos visto lo peor de las inundaciones", advirtió el almirante Karl Schultz, que supervisa las operaciones de la Guardia Costera. La situación "podría ser aún más catastrófica" a partir del lunes, añadió.
Florence, que se debilitó a depresión tropical el domingo, descargó hasta mil milímetros de lluvia en algunas zonas de Carolina del Norte, y seguía produciendo fuertes precipitaciones sobre gran parte de ese estado y en el este de Carolina del Sur, informó el Centro Nacional de Huracanes (CNH).
"La tormenta nunca fue tan peligrosa como ahora", señaló en conferencia de prensa el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper. "Muchos ríos siguen subiendo y no se prevé que toquen su altura máxima hasta hoy más tarde o mañana", agregó el domingo. Según detalló, más de 900 personas fueron rescatadas en medio de crecientes inundaciones y 15.000 seguían en refugios en el estado.