“Por el tipo y temporalidad no se pueden identificar de manera directa porque no se pueden hacer comparativa de rostros, tiene que ser a través de la genética y por los perfiles en los huesos u otros indicios, como molares o identificaciones. Para que sea identificable cien por ciento se requiere genética” afirmó.

Winckler reafirmó que por el momento ya existen muchas denuncias de familiares de los desaparecidos pues aún tienen la esperanza de encontrarlos.

De igual manera recalcó que administraciones anteriores simularon una base de datos de genética y ahora están tratando de recopilar los datos almacenados.

“Cuando llegamos a esta administración nos encontramos con mucho ocultamiento de datos, en promedio había 6 mil personas desaparecidas, había una simulación en la base de datos de genética. Todas estas pruebas no se hicieron, se simularon y no se procesaban. En todo el estado llevamos campañas para llevar muestras genéticas y ya tenemos una base de datos y con esa vamos a cruzarlo, con los datos genetistas y los restos que se han encontrado a lo largo de este año y medio”, agregó.

Si bien, el fiscal detalló que por medio de una denuncia dieron con el paradero de dicha fosa ubicada en el centro de Veracruz.

“Este dato se incorpora de una denuncia ciudadana. Una vez que se confirmó se empezaron los trabajos. Por la temporalidad, los restos ya tienen algunos años, en esa época había una lucha entre Los Zetas y el Cartel de Jalisco. De menos dos años hacia atrás es la temporalidad de la fosa. Puede ser 2016, 15, 14 hacia atrás, obvio el resultado final nos lo va a dar la genética y el estudio forense” finalizó.