Fun fact:

Resulta que el muro de Berlín fue construido por los soviéticos y su nombre original era algo así como el "muro antifascista" y no es que la frontera pasara entre las dos alemanias estilo Tijuana, sino que rodeaba a Berlín occidental para que su malvada influencia capitalista neoliberal no se esparciera a los nobles alemanes de la DDR que habían sido benditos por el paraíso "revolucionario" y soviético de "izquierda".

Básicamente eso significa que las imágenes que le dieron la vuelta al mundo hace 30 años muestran una vez más un fenómeno bastante familiar: gente celebrando la caída de un sistema totalitario y huyendo de un "paraíso socialista"... a un "infierno de libre mercado".

Hoy muchos de mis co-generacionales  han caído directito en esa misma retórica que básicamente no ha cambiado desde mediados del siglo XIX: el puñito arriba, las frases colectivas románticas, un futuro ideal sin mayor definición que las palabritas "paz e igualdad", un líder carismático moralmente iluminado, etc. Y uno se pregunta:

¿No han oído de Pol Pot? de los "logros" de la revolución iraní? del gran salto hacia adelante? la primavera de Praga? Pues resulta que tristemente no....

En muchas facultades y planes de estudios tanto en el ámbito público como privado, desde primarias hasta posgrados leer al "Josbaum"a Galeano....sigue siendo prácticamente incuestionable, así como la terminología marxista, mientras que inclusive las nociones más básicas de economía y educación financiera brillan por su ausencia.

Así los millenials nada más saben que no hay trabajo, todo está súper caro y que el gobierno debe asegurarles bienestar, pero ni idea tienen de cómo funcionan incluso en su expresión más básica los gobiernos, el  dinero y los mercados...

De esta manera,  tenemos jóvenes graduándose de la prepa o inclusive de la universidad que no tienen ni idea de que existió algo llamado Unión Soviética y una vez más, vuelven a caer en todo esto y se han visto sesgados una vez más por esta retórica: anhelan un futuro de "igualdad" y bienestar garantizado por el gobierno sin saber lo que implica tratar de alcanzar ambos...

Pero en fin, pensar en  todo lo que pasó entre 1989 y 1991 deja un poco de optimismo para esta América Latina que hoy parece ir en caída libre hacia una realidad bastante totalitaria. Eventualmente quizás en 30, 60, 70 o más años, las cosas vuelvan a cambiar.